Este símbolo poderoso – otra expresión más de lo que a veces llaman “Geometría Sagrada” – ha sido encontrado en ruinas de muy diversas culturas, contando entre ellas la cultura Egipcia e incluso otras más antiguas. En muchas de ellas era considerado sagrado, y con razón. Con su sencilla belleza y perfección es un símbolo del proceso perpetuo de creación, el cual contribuye también a la reorganización armoniosa o revitalización del agua. La Flor de la Vida consiste en la superposición de varios círculos. El punto de partida es el círculo central. Esta sencilla estructura geométrica (el círculo) muestra que originalmente, toda vida se originó de una única fuente, pero también cómo todos los componentes de interrelacionan y forman un todo coherente. Se va creando al igual que el crecimiento de un organismo mediante división celular, en el cual la división continúa hasta que el organismo consigue su forma armoniosa, adecuada para la vida.
Dado que este símbolo viene grabado en la base de casi todos nuestros revitalizadores, el agua que se almacena en ellos se podría decir que "recuerda" este “código original” a través de la influencia de la Flor de la Vida. El agua vuelve a organizarse simétricamente y se corresponde a su estructura más ordenada y armónica, el hexágono. Da la coincidencia que esta misma forma hexagonal original se encuentra en la Flor de la Vida, junto con todos los Sólidos Platónicos.
Todos nuestros productos están diseñados en base a la Proporción Aurea, lo que produce que el agua sea revitalizada. La Flor de la Vida les da además la capacidad de enriquecer el agua con información adicional de fuerza vital.
